El amor que existía entre Virginia Wolf y Vita Sackville-West queda claro con solo leer sus biografías y cartas. Hoy te presentamos una carta que ha escrito Virginia a Vita, que se encontraba de viaje con su marido, el escritor Harold Nicolson. La misma fue despachada el 6 de marzo de 1927:
“Este año me pareces más inalcanzable, empolvada, con las piernas más blancas, más galantes y aventurera que nunca. Me echo en la cama invento historias sobre ti (…) He tenido una semana aburrida. Ninguna fiesta salvo una, ofrecida por L., para seducirme y obligarme a gustar de un rosado muchacho suyo –uno nuevo claro- pero fue inútil, esto sodomitas siempre están medio dormidos y resultan fatigosos. ¿Es que agotan su encanto en narices y cosas así? Han surgido dos mujeres extrañas: una de ellas es una mala cantante, que me pide vaya a verla en la cama ¿lo haré? La otra ¡qué importa! Yo quiero a Vita; quiero al insecto, al crepúsculo (…) Siempre hay gente que viene y no hay carta tuya ¿Por qué no? Sólo una nota y un gemido salvaje y melancólico a lo lejos…
Sobre la relación seguramente más apasionada entre Vita y Violet Trefusis escribió el hijo de Vita, Nigel Nicolson:
«Ahora que se todo sobre ella (su madre, Vita) la amo más, como hizo mi padre, porque sucumbió a la tentación, porque era débil. Fue una rebelde, fue Julian (el alter ego literario de Vita) y aunque no lo sabia, lucho por mucho más que por Violet. Luchó por el derecho a amar, a hombres y mujeres, rechazando la convención según la cual el matrimonio exige amor exclusivo y la de que la mujer sólo debería amar a hombres. Por esta lucha ella estuvo dispuesta a abandonar todo. Puede que estuviera loca, como se dijo después, pera una locura magnifica. Pudo haber sido cruel, pero era una crueldad a escala heroica ¿Cómo pudo despreciar la violencia de una pasión como esa?”
Este articulo cuanta con fragmentos de Portrait of Marriege (Retrato de un matrimonio) de Nilolson.