¡Cómo se puede llegar a ser capaz de cometer grandes errores que en su día se vieron como hazañas! Cuánta gente sabrá eso… cuánta gente habrá sufrido esas equivocaciones, cuánta gente habrá vivido de esas amenazas. ¿Cuántos hay en el profundo abismo del error, en el habitáculo de la convención que destaca la verdad como mentira, que vence lo absoluto con excusas y deja escapar la reflexión?
Reflexiones harán los que en estos tiempos que corren sólo cometen errores, sólo cometen injusticias, y todos esos que se dignan a permitir que la vida continúe como es, que el mundo siga girando sin hacer caso a los que lo necesitan, todos esos terminarán por revelar a los que yerran las muchas veces que han errado. Hasta entonces, las hazañas de los fuertes se pagarán con las impotencias de los débiles, y así, el mundo continuará su transcurso, el tiempo pasará, y nos daremos cuenta, en nuestros últimos días, de cómo nos equivocamos alguna vez, y cómo se sentía…
“Justo cuando uno descubre que sus padres tenían razón, sus hijos empiezan a decirle que uno está equivocado”.
Aldo Camarota
Muy buena frase compañero.
Un abrazo.