¿Quién se cuestiona si este mundo es mejor que el que, se supone, hay más allá? ¿Quién siente curiosidad por vivir lo que viven los muertos, más allá de donde nosotros no podemos obtener nada? ¿Quién no busca la felicidad en la vida, y por el contrario, piensa que morirse es, simplemente, lo más triste de nuestra existencia? Estoy seguro de que mucha, mucha gente pensará cosas así, estoy seguro, también, de que otros muchos querrán morirse en un momento dado para poder saber lo que hay más allá, o para saber si realmente hay algo más allá, para comprobar lo que se siente al pisar el umbral del paraíso, o lo que quiera que sea lo que hay después de morir.
Yo estoy muy seguro de una cosa, y es que hoy no quiero morir, ni mañana, ni pasado. Vivimos tristes muchos días de nuestra vida, pero también, por suerte, vivimos felices otros muchos: aprovechad los felices y dejad pasar los tristes, no hay una solución mejor. No vale la pena morir por estar siempre triste, sólo hay que buscar la felicidad. Habla un pesimista, un pesimista que, aunque se le agoten las alegrías, sigue buscando alguna más. No hay que tener prisa en morir, hay que vivir. Vivan.
“Si la gloria viene después de la muerte, no tengo prisa”.
Marcial.