Entre la vida y la muerte, en medio de esos dos estados paralelos que nunca se sabe cuando dejarán de serlo para ser todo uno, todo el mundo se cuestiona acerca de muchas cosas, acerca de muchos acontecimientos de la vida. Pero los más, sobre todo, lo que se cuestionan es si sufrirán al traspasar el umbral negro, si será malo el lugar que se oculta detrás del más allá, si realmente irán a ese más allá y no se terminará todo al cruzar la puerta oscura. Todo el mundo teme la muerte, al menos, todos los que no la desean. Los que van acometidos en su busca y captura no tienen por qué temer que llegue, porque precisamente lo que desean es que se acerque.
Pero nosotros, los vivos y cuerdos, en mayor o menor medida, tememos que la dama negra venga a llevarnos de la mano a ese lugar tan horrible en el que hay tanta gente ya, muchos de ellos queridos y a menudo reclamados por nosotros para que regresen a este mundo. Pero no: no se regresa de ahí. Lo comprendí hace mucho tiempo, demasiado ya, si cabe. La vida nos lleva hasta un final, es un principio básico y fundamental en el que debe pensar el ser humano: vamos hacia un lugar, y siempre terminaremos en el mismo sitio que todos.
Miércoles, a vida o muerte, un día para reflexionar sobre estos temas. Mañana habrá otras cosas en nuestra cabeza, eso esperamos todos los días…
“No vivas con miedo a la muerte, pero tenla siempre en cuenta”.
Almudena Grandes, Malena es un nombre de tango.