Textos para el Alma: Sexo milenario (parte IV)

Fue con el inicio de la Revolución Industrial que mujeres y hombres comenzaron a traer dinero a casa, propiedad móvil y divisible. Hoy se puede observar un retorno al nomadismo y al modo de vida de la caza y la búsqueda de alimentos. Lo cual provoca un retorno a la sexualidad que cultivaban nuestros ancestros.

El hogar no es más el lugar de producción. No criamos a las gallinas ni plantamos los brócolis que comeremos en el almuerzo o la cena. En cambio, cazamos y buscamos comida en el supermercado o en las tiendas. Nuestra tendencia es migrar del trabajo a casa, a la escuela, a la casa de verano. Como vemos, somos mucho más nómades. Tendemos a divorciarnos mucho más seguido y, luego, a casarnos de nuevo.

Es el increíble triunfo de la esperanza sobre la experiencia, ese optimismo que sentimos en relación con nuestra próxima relación.

Al igual que en el pasado, ese remoto que vimos en la primera parte de estos artículos, tenemos menos hijos y el espacio de tiempo entre un nacimiento y otro es cada vez mayor. Sumado a esto, la sexualidad femenina se esta volviendo mucho más preeminente.

Las mujeres están exigiendo, realmente, más orgasmo. Ya no toleran más la duplicidad del adulterio. Estamos empezando a comprender que la actividad sexual sigue, y en la práctica, puede hasta crecer después de que los hijos están criados y la mujer comienza a envejecer. En este sentido, avanzamos en dirección a la estructura de sexualidad que tuvimos hace millones de años en Africa.

(Continuará).

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