A partir de los estudios que realizó sobre más de 60 culturas, la antropóloga Helen Fisher apunta a un retorno de los patrones de sexualidad humana practicados en los primeros tiempos de África, hace millones de años.
¿El erotismo esta muerto? ¿Pueden entenderse los sexos? Para estas y muchas otras preguntas hay que entender que el oráculo está dentro de nosotros mismos. Los seres humanos fuimos moldeados por el tiempo, la selección y la evolución para comportarnos de determinadas maneras, y buena parte de ese bagaje prehistórico vino para quedarse.
Cuando observo los modelos humanos de sexo, adulterio y romance en las culturas de todo el mundo, saco algunas conclusiones sobre otros tiempos de la Historia que nos pueden dar algunas pistas sobre el futuro.
En los árboles del África, hace millones de años, cuando nuestros antepasados todavía cazaban animales de gran tamaño y recolectaban raíces y frutos para vivir, desarrollaron una especie de patrón de sexualidad humana.
Nuestros antepasados más remotos iniciaban sus experiencias sexuales a edad muy temprana. Cuando tenían dos o tres años, veían a otros niños jugando con el sexo y probablemente experimentaban por sí mismos. Sin embargo, llegaban tarde a la pubertad (a los 16, 17 ó 18 años) y las jóvenes sólo conseguían quedarse embarazadas cerca de los veinte años.
En esos tiempos el adulterio era muy frecuente, tanto en la mujer como en el hombre, dentro de un conjunto de reglas sobre con quién estaba permitido o no cometerlo. Obviamente que los parientes cercanos estaban excluidos de todo pensamiento al respecto.
Un dato más que interesante para destacar es que las mujeres tenían un hijo cada cuatro años.
(Continuará).