Relax post-escénico
Diez minutos eternos, a gusto del intérprete. Sin embargo, diez minutos fugaces a gusto del público, pues la obra había salido bastante bien cuando el joven pianista separó definitivamente las manos del piano, llenando con ello la sala de un breve silencio que fue seguido por una gran ración de aplausos entusiasmados. “Lo he hecho … Leer más