Toc, toc, golpeas la puerta, eco sin comienzo.
Susurro en las ventanas, vaho amargo se cuela entre tuercas.
Flor con espinas que sangra más en sus pétalos
Que en el borde sutil, filudo de sus púas.
Campanas al viento, vagón de inocencias
Pajarito que camina, ogro que se arrodilla.
Tienes rostro de mujer, sabor de recuerdos.
Lloras en silencio y eres cruel cuando te veo.
Imponente como un martillo
Seductora como las hiedras,
Amapolas, crisantemos y jazmines
Son el olor de tus manos, es el aroma de tus rizos.
Dubitas, aciertas y eres terca
Soledad del infierno, del mar y de los cielos.
Celosa discurres entre senderos de otoño
Otoño es el tiempo donde se terminan los cuentos.
Carabelas en el atlántico te recogen
Huracán de fuego, lenta, como viento en el tiempo.
Soledad, querida Soledad, la noche te grita hasta en sueños.
Si tan solo te pusieras el velo.