Hoy se acaba la libertad para muchas, muchas otras personas que tienen que acudir a ese infierno que se llama instituto. Hoy, veintidós de septiembre, comienza el nuevo curso académico de bachillerato, y algunos universitarios también asisten al primer día de clase. No obstante, algunos aún gozamos de una semana más de libertad, pero tendremos que empezar a acostarnos tempranos y a levantarnos tempranos para adaptar nuestro cuerpo y nuestras horas de sueño a las mañanas frías del invierno en autobús y a los madrugones para acudir a clase. Por eso, porque se ha acabado el verano y porque hablamos hoy de libros, no de otro tema, quisiera hace un breve repaso de la trayectoria de lecturas que he llevado estas vacaciones, desde que el treinta de mayo me dieron el boletín de notas y me dispuse a prepararme para la selectividad, hasta anoche, cuando, precisamente, volví a terminar otro libro –aparecerá comentado el domingo que nos espera–. Dicho esto, vamos a por la lista de lecturas.
Una cosa que aclarar antes: voy a exponer los libros que he leído este verano, pero los voy a exponer de tal manera que el primero de la lista sea el que más me ha gustado y el último sea el que menos. Nada más, pues, que aclarar. Vamos a ello.
1. Sinuhé, el egipcio, de Mika Waltari. Un novelón acerca de la vida de Sinuhé, un médico que llegó a ser el trepanador real y que vivió solitario todos los días de su vida.
2. Malena es un nombre de tango, de Almudena Grandes. Otro novelón sobre la vida de Malena, comentado anoche en otro post, que tiene un estilo fino y cuidado, único.
3. El Evangelio según Jesucristo, de José Saramago. Novela deliciosa del premio nobel portugués que relata una peculiar visión del Nuevo Testamento en la que, cuanto menos, aparecen las relaciones carnales entre Jesús y María de Magdala. Un boom anticatólico.
4. Siddhartha, de Hermann Hesse. Una novela sobre el pensamiento budista y la búsqueda íntima de la conexión con el Yo profundo. Una dosis de filosofía a modo de novela con un estilo tan sutil que lleva al lector a adentrarse en lo más hondo del río.
5. La Caverna, de José Saramago. De nuevo otra novela del escritor portugués, basada en exclusiva en el famoso mito platónico de las sombras, la luz del sol y la caverna bajo tierra. Una gran metáfora de la vida, y una buena reflexión.
6. Muertes Paralelas, de Fernando Sánchez Dragó. Novela centrada en la muerte de Fernando Sánchez Monreal, padre del autor y periodista que salió en busca de noticias durante la Guerra Civil y no volvió. Escrita de un modo bastante peculiar, que expresa la agonía del propio autor al escribir sobre su padre.
7. Un mundo sin fin, de Ken Follet. Segunda parte de la famosa novela Los pilares de la tierra, con muchos toques eróticos y muchas emociones fuertes que vivir mientras la leemos. Una historia conmovedora.
8. El médico, de Noah Gordon. Primera entrega de la obra cumbre del escritor, que narra la vida de Robert J. Cole y sus estudios de medicina junto al gran Avicena, el Príncipe de los Médicos, en Persia. También con muchas dotes emotivas y una historia conmovedora.
9. Ensayo sobre la lucidez, de José Saramago. Tercera novela citada del portugués, no será por casualidad. Parte de la idea de qué ocurriría si todo el pueblo decidiese, por sí solo, votar en blanco en las elecciones. Entonces se buscarán culpables y se sitiará la ciudad, porque se convertirá en una vida insoportable de desorden.
10. Mientras mi preciosa duerme, de Mary Higgins Clark. Novela policíaca que narra el asesinato de una escritora que planeaba un boom al escribir un artículo sobre la moda, y la búsqueda de un culpable por parte de su diseñadora, Neeve Kearny. Llena de intriga y de suspense.
11. La sangre de los inocentes, de Julia Navarro. Novela histórica que narra el complot ideado para llevar a cabo unos atentados contra la Iglesia a base de una crónica que escribe un fraile del siglo XIII.
Hasta aquí, creo que no me he saltado ninguna lectura. No estaba seguro de si La Sombra del Viento, de Carlos Ruiz Zafón, lo leí ya entradas las vacaciones o fue antes, así que no la he incluido en la lista. En su caso, estaría entre el puesto 8 y el 9.
Espero que os haya gustado mi trayectoria de verano. A ver si alguien se anima a comentarme con otra lista.
Un saludo.
Jorge.
Gracias por tu lista, me ha gustado mucho la idea. Por si te interesa mis libros de verano han sido (sin orden preferencial) los siguientes:
Por quien doblan las campanas (Hemingway)
Requiem por un campesino español (Ramón J. Sender)
El camino (Miguel Delibes)
La Barraca (Ibañez)
Viaje a la Alcarria (Camilo José Cela)
El jugador (Fedor Dostoyevski)
Son todos recomendables, pero El Camino, es imprescindible.
Vaya, muy buena lista. Todos los libros que citas, excluyendo a Dostoyevski, del que no he oído demasiados rumores -mea culpa, quizás-, los quería y los quiero leer. Gracias por citarlos. El camino, como ya dije en un comentario anterior a un artículo de un compañero, caerá en breve.
Gracias por pasarte por este rinconcito literario.
Un saludo
Hola, me presento. Soy Jose Luis Romero, barcelonés, y acabo de publicar mi primera novela, una novela negra, con tiros y todo, que transcurre en la Barcelona actual. ¡Que miedo!
Os dejo (con vuestro permiso) un pequeño extracto y la dirección de mi blog blog.
…En una ciudad tan populosa y cosmopolita como Barcelona en cualquier lugar hay broncas, en cualquier momento se comenten asaltos o te topas con borrachos al volante. Y la noche es otro país con otro idioma, donde predomina la palabra gruesa, el gesto seco y donde campan a sus anchas los pirados que se dedican a incendiar coches y contenedores para divertirse. A esas horas el peligro y la violencia aumentan exponencialmente, sobre todo en el centro. Por algo Las Ramblas se encuentra en el ranking de las diez calles más peligrosas del mundo….
…Otra cosa era el resto de la Plaza y sus aledaños, donde se movía otro tipo de ambiente. Un batiburrillo de gente de la más baja extracción se daba cita también allí. Los bancos públicos y los suelos estaban ocupados por una variopinta hueste antisocial: gente sin patria ni techo, pedigüeños, camellos, borrachos, drogadictos, liendrosos, feos y los más guarros de Barcelona y otras ciudades europeas se congregaban cada noche entorno al sembrado de terrazas más caras de la Barcelona cosmopolita, una milicia que había renunciado al amansamiento impuesto por el sistema y había asumido el extremismo social como forma de vida…
Extractado de SIEMPRE QUISE BAILAR COMO EL NEGRO DE BONEY M…
http://minovelanegra.blogspot.com/