Buenas tardes. Ya sé que hace tiempo que no escribo aquí de la misma manera que vengo haciendo durante casi un año, desde que empezamos este bello proyecto literario. El semanario está establecido desde hace tiempo por mi parte, y cuando toca hablar de libros hablo de libros, y cuando toca hablar de poesía hablo de poesía, y cuando hay que escribir sobre alguna cita se espera al jueves con las Citas Caprichosas. Todo eso va a seguir siendo igual en lo venidero. Pero este período es un poco más delicado tanto para mí como, supongo, para los lectores, que estarán algunos de vacaciones escolares, otros de vacaciones laborales, otros sin vacaciones, algunos de viaje, otros de fiesta. Yo estoy de vacaciones escolares, no tengo que asistir a clases en la universidad, pero sí tengo que trabajar, sí tengo que hacer varios trabajos para las asignaturas de la carrera, y ello requiere bastante tiempo. Estoy, por tanto, en un pequeño período vacacional en lo que respecta a la escritura: no escribo ni para este blog, ni para el de música ni para ningún otro, y no escribo la novela que tengo aún entre manos y que quería haber terminado estas navidades para comenzar el año con un nuevo propósito, también en prosa. Por no escribir, ni le estoy dedicando mi tiempo al conjunto de reflexiones que, como ya dije, se irán publicando, cuando estén completamente listas, por partes en este blog. Paciencia. Todo llegará. Paciencia por mi parte, paciencia —si su contraria llama a la puerta— por la vuestra.
Pero esto sí lo quería escribir y tengo que hacerlo. Ya escribí, cuando terminó el verano, un repaso de los libros que había leído, estableciendo un orden de gustos. Para comenzar el invierno, aunque ya viene empezado desde hace unos días, voy a hacer lo mismo. Pero lo voy a hacer con una diferencia: voy a hacer primero una recopilación de todos los títulos que he leído en esta estación, añadiendo comentarios personales sobre algún aspecto que me resulte realmente interesante, y luego diré una clasificación personal, como la otra vez, citando los que me han parecido mejores. Se publicará en dos partes, tres a lo sumo, dependiendo de lo extensas que me queden las opiniones personales sobre los libros —la mayoría están comentados en su correspondiente artículo, así que tampoco es necesaria demasiada extensión.
Vamos, pues, a ello.
El primer libro del que voy a hablar es El Alma está en el cerebro, de Eduard Punset. Es un libro bastante ameno, que no lleva, para nada, una finalidad literaria, sino que se centra en explicar conceptos técnicos y curiosidades acerca del cerebro. Para ello el autor realiza diferentes entrevistas a grandes científicos y estudiosos del tema. Es una lectura bastante interesante, a mí me resultó muy buena obra.
El segundo es Tratado sobre la resaca, de Juan Bas. Ya vimos que el propio autor nos dejó un comentario en el artículo, lo cual me resultó bastante grato. Este libro es un estudio con un toque de humor sobre la resaca, en el que explica con detenimiento cuáles son los síntomas de ésta y cuáles las formas de remediarla, al mismo tiempo que distingue entre varios tipos de resaca. Una lectura muy entretenida, no me cabe duda, lo leí en una tarde.
Y el tercer libro, y con este termino la primera parte del resumen, es Asesinato en el Orient Express, de Agatha Christie. Es una novela negra bastante bien elaborada que narra cómo un hombre es asesinado en el tren mientras éste se encuentra parado en la nieve. Todo el libro es una constante investigación policial en busca del culpable. Como siempre, hasta el final no se descubrirá. Es una novela amena, con una acción rápida, que permite un entretenimiento de un par de tardes.
Doy con esto por finalizada la primera parte del resumen otoñal. En unas horas continuaré con el resto. Descansen, tómense un café, relájense, vean la tele, o, por qué no, mejor, lean un rato. Luego volveremos al tema.
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