El príncipe destronado (Booket) es una novela corta del vallisoletano Miguel Delibes, una de las mejores plumas que tenemos en las letras españolas actuales. Con una sensibilidad inmejorable y una manera inalcanzable de retratar el cristalino mundo infantil, el autor nos cuenta un día, un solo día, de la vida de Quico, un niño que va a cumplir cinco años y que ha sido restituido de su trono debido al nacimiento de su hermana Cris. De esta imagen del príncipe destronado, tan clásica y tan común en cada familia con más de un hijo, se vale el autor para reflejar la infancia de un niño que se levanta dando gritos y saltos y cae rendido por la noche, después de pasar todo un día de inquietud, de juegos, risas y lágrimas caprichosas.
Lo más característico de esta novela, que no tiene más de doscientas páginas y que se lee en poco más de dos o tres horas (una tarde junto a un café y ganas de pasar un buen rato), es la forma de reflejar la vida infantil de cualquier niño a la edad de cinco años, y más aún, en un día: es decir, en el transcurso de un solo día podemos apreciar las travesuras, los juegos, las risotadas, los llantos, las comidas (no quiero comer, no tengo hambre, venga, come para ponerte grande) y la relación con los hermanos y con las niñeras. De esta manera Miguel Delibes nos introduce en la mentalidad de Quico para hacernos ver, además de todo lo que sucede en el transcurso de estas veinticuatro horas, no sólo la infancia del príncipe destronado, sino también la nuestra. Siempre habrá algún detalle en la forma de ser de Quico, por mínimo que sea, que nos llevará a recordar felizmente el momento en que nosotros teníamos cuatro años y vivíamos el momento como en ninguna otra época de nuestra vida. La infancia feliz, aunque muchos la recuerden triste (y aunque así ciertamente sea), es una de las etapas más bonitas de los niños, y nunca está de más volver a recordar lo que hemos vivido junto a nuestros juguetes, nuestros hermanos y nuestras niñeras, si las hubo.
Con un estilo literario cargado de sencillez y un lenguaje que entra directamente a los ojos del lector, esta novela, que mejor podríamos calificar de relato largo (porque como novela breve quizá pueda ser demasiado corta), no puede quedar fuera de la biblioteca de los lectores nostálgicos. Eso opino, eso pienso: cualquiera que sea capaz de recordar su infancia con nostalgia, a pesar de los diferentes acontecimientos tristes que haya vivido (la muerte de una madre, por ejemplo) y sea capaz de buscar en aquellos días un mínimo de felicidad y cierta semejanza con la vida de Quico, disfrutará con la lectura de este libro.
Estoy seguro de que podrán llevar su mente a los más lejanos recuerdos de su infancia y pasar una buena tarde o una buena noche con la lectura de este libro. El príncipe destronado, de Miguel Delibes. Espero que les guste.