«Manual de instrucciones» es el sexto relato de la obra Atractores extraños de Javier Moreno, publicada en InÉditor. En este texto el autor nos propone los primeros treinta minutos del día de una persona. Una enumeración de pequeños actos que, unidos en el tiempo, suponen esa parte mecánica e inconsciente de la que todo hombre está compuesto. Hasta aquí podríamos considerar que este relato, fuera de su contexto, no dejaría de ser una excentricidad del autor; pero pasemos a revisarlo desde otro punto de vista:
«Manual de instrucciones» se encuentra ubicado, en el libro Atractores extraños, tras relatos que son variaciones de los mitos clásicos de Eurídice y Orfeo («Cortometraje»), Perseo y la Medusa («El efecto Rodríguez»), Odiseo («El extranjero») o Acteón («Sizigia»). Así es fácil intentar interpretar al protagonista de «Manual de instrucciones» como un héroe mitológico, pero en este caso lo plantearemos como un héroe contemporáneo. El texto indica las pequeñas proezas que cada mañana un actor anónimo realiza antes de iniciar su jornada laboral. La mecánica de estas acciones hace que, para la mayoría de las personas, pasen desapercibidas y que se vayan uniendo al caudal que de manera inconsciente va llenando nuestra vida y al que no prestamos la menor atención. Pero en esto estriba el interés del relato de Moreno, en mostrarnos de forma directa aquellos actos sobre los que no reflexionamos. Con una gran dosis de ironía nos indica mediante un lenguaje descriptivo, con un uso casi exclusivo del infinitivo, las acciones del protagonista como si cada una de ellas requiriese toda nuestra atención. Sólo mediante el uso del paréntesis deja aparecer las palabras del protagonista, que inciden en lo irónico del texto y son el punto de inflexión en el que el actor es consciente de los actos que está realizando. Es ahí donde observamos que mientras el proceso se realiza de manera natural, sin errores, no prestamos atención a la acción, y que sólo aparecen las palabras del protagonista en los actos que rompen esta armonía mecánica e inconsciente.
Javier Moreno también juega en este texto con algunos de sus intereses comunes. El protagonista presta atención a conceptos de física doméstica, por ejemplo, cuando indica la presión que debe ejercer sobre un botón, la angulación precisa de la puerta del armario de la cocina o el efecto del segundo principio de la termodinámica sobre su camisa. Un guiño más sobre la ironía que rige nuestras vidas. Es más, podría decirse que es un guiño ante las pequeñas manías que cada actor incluye en su vida y de las que termina haciéndose prisionero.
El modo de finalizar el relato, que por su mecánica podría extenderse en el tiempo casi hasta el infinito requiere de un hecho que rompa esa rutina. Moreno logra elevar a hecho histórico la falta de pan blando y la salida para su compra será el origen de la desgracia. Como héroe contemporáneo, flirteando con el nihilismo, el protagonista se enfrentará al final del relato con una actitud más propia de una película que de la vida real. Mientras el desastre sucede, el actor introduce la banda sonora al desenlace. ¿Qué música suena? El autor lo deja al deseo del lector.
En definitiva, un relato que el lector determinará como una excentricidad o un intento de mitificar al hombre contemporáneo. Un relato interesante y digno de un gran escritor como es el autor de obras como Click, Cortes publicitarios o Atractores extraños.