Buenos días. Volvemos a estar dentro de nuestro ámbito preferido, el de la poesía, el de los versos, el de los grandes poemas de los también grandes poetas. Ocupamos una semana más la situación correspondiente a los Versos de Oro de cada semana –no obstante la ausencia de la semana pasada–. Hoy vamos a hablar sobre un poeta muy cercano a mi tierra, y vamos a leer un poema breve, pero intenso, con una calidad emocional bastante impactante. Me refiero al poeta José Luis Tejada, un poeta que nació el 4 de agosto de 1927 en El Puerto de Santa María y murió el 11 de mayo de 1988 en Cádiz. Por ende, cercano a mis tierras.
Este miembro del maravilloso mundo de la poesía desde que fue muy joven, trabajó en varias universidades como profesor colaborador en cursos de Literatura, por ejemplo, en la universidad de Nantes (Francia), pero aún no había obtenido la licenciatura. Ésta la obtuvo en 1970 con un trabajo de investigación sobre Marinero en Tierra, de Rafael Alberti, y ya había participado impartiendo varios de los citados cursos de Literatura. Poeta desde muy joven, sus conocimientos de literatura fueron lo que le impulsaron a poder impartir esas clases sin haber obtenido aún el título, lo que convierte a nuestro poeta en un hombre con más de una virtud, más que el don de escribir buenos versos.
Poco después, en 1973, se doctora con un estudio monográfico sobre la poesía del primer Rafael Alberti. A estas alturas es ya un poeta bastante reconocido, capaz de escribir poemas que hieren de buena manera el corazón de todos sus receptores.
En cuanto al poema que vamos a leer, sólo cabe decir una calificación: sobresaliente. Y si tuviera que ponerle puntuación del 1 al 10, le pondría, evidentemente, un señor 10. Porque la calidad, aunque brevedad, del poema es tan grande que no se merece otra calificación. Habla éste, el poema, del paso del tiempo, un tema tan cultivado desde los inicios de la literatura, un tópico tan extendido por todo el arte, pero de una manera especial.
Realmente es una reflexión filosófica que bien podría relacionarse con el famoso “panta rei” de Heráclito –aunque hay estudios que afirman que no fue él quien lo dijo, pero se le reconoce por eso–. Se podría relacionar, digo, con ese dicho porque todo el poema está basado en que el tiempo va continuamente transcurriendo a una velocidad inalcanzable, que cuando miramos a un sitio ya no vemos lo que no podíamos ver antes de mirar, sino que vemos otra cosa, lo anterior ya se ha desvanecido. Eso, más o menos, es lo que decía Heráclito, todo fluye, todo está en constante cambio y todo puede ser, a su vez, lo uno y lo otro. En fin, filosofías varias, vamos con la poesía, ya hablaremos de filosofía en otro momento. El poema, digo, y con esto termino, consta de un número escaso de versos, pero verdaderamente intensos y directos, que muchos otros poetas pudieran haber expresado por medio de grandes estrofas y demás técnicas, pero que José Luis Tejada expresa en tan pocos. A mí, que nunca había leído nada de él, me ha impresionado sobremanera, y por eso he decidido exhibirlo aquí y leer sobre su vida. Espero que les guste, y creo que les gustará.
Disfruten del poema. Tiempo. Se encuentra en su libro Silencio herido.
Tiempo.
Tiemblo
cuando pienso
en lo que no es el Tiempo…
Que el momento no existe, prisionero
entre el Antes y el Luego…
Que cuando digo “ahora”, estoy mintiendo
porque ese “ahora” ya se ha muerto…
¡Que un día dejaremos todo esto
sin llevarnos si quiera ni el recuerdo!
NO CONOZCO NINGUN LIBRO DE JOSE LUIS TEJADA QUE SE TITULE «SILENCIO HERIDO». Y CREO TENER LA TOTALIDAD DE SUS LIBROS PUBLICADOS.
Visita esto: http://www.poeta-joseluistejada.org/poemas_silencio.html
Hola Jorge
del mismo poeta y sobre el mismo tema hay un soneto que no se si conoces:
ESTO DEL TIEMPO
Esto del tiempo es para acabar loco
Se piensa y no se acaba. Se nos queda
la frente entre las manos, mientras rueda
a su suerte la vida, poca a poco.
La frente entre las manos y me toco
la sangre andando con su andar de seda.
Me estoy jugando la única moneda
y en ella el corazón. Si me equvoco…
Será cosa de andar, de darse prisa.
O acaso de esperar… ¡Oh la indecisa
lucha del hombre contra el pensamiento!
Burro vendado al potro de su noria
con cadenas de sangre y de memoria
hombre amarrado al potro del momento.
sobre este mismo tema hay otros sonetos en el libro «Poemía» en las paginas 159-163
Hola Pablo. Muchas gracias por aportarnos tan hermoso soneto. No lo conocía y la verdad es que me ha impresionado sobremanera. A Tejada sí que se le puede considerar un buen poeta, con todas las letras. Acudiré al libro que me refieres.
Un saludo.
Jorge