Buenas tardes, buenas noches ya, que estamos en el oscuro otoño y el triste color vaga por nuestras calles. Estamos de nuevo ante las puertas del cielo llamado fin de semana, ese que tanto anhelamos durante los otros cuatro días, y como viernes que es, toca hablar de poesía. Para hoy, para variar un poco en nuestra selección, he recogido unos versos sacados de una obra de teatro, una tragedia, quizá la mejor del autor, dentro de las pocas que se conservan. Hablo de la famosa tragedia griega Antígona, escrita en su día, ha ya mucho, mucho tiempo, y aún vive el género, por Sófocles. Esta composición, en concreto, se representó en torno al año 442–441 a.C. Así que cuenta ya varios añitos de antigüedad, y no por eso se nos queda vieja, al menos a los que sienten cierta inclinación hacia lo clásico, griego y romano.
Como bien saben, y si no lo saben, es buen momento para recordarlo, el teatro griego estaba escrito en verso, en diferentes metros y con un sistema distinto al que se utiliza hoy en día para escribir poesía, y también distinto al que se utilizaba en los mejores siglos de la literatura española, quitando aquellos poemas modernistas de principios del siglo XX en los que se intentaba marcar el ritmo como en la poesía latina. En fin, sólo aclarar eso, que el teatro se escribía en verso, pero como los versos se escribían en griego, la traducción, como con la mayoría de los idiomas y a falta de traductores que sean capaces de traducir con rima, queda sin la misma musicalidad que tendría en lengua griega. Así que lo importante en el fragmento de los Versos de Oro de esta semana es el mensaje.
Vamos a leer un texto extraído del diálogo que mantienen los componentes del coro. Esta técnica es característica del teatro griego, el uso de diálogos entre los miembros del coro, o entre éstos y los personajes, también muy habitual; se dividen estos momentos en Estrofas y Antístrofas –como preguntas y respuestas–. Pues bien, la Estrofa que vamos a leer habla sobre el amor, y dice cosas sobre este sentimiento tan difícil de explicar, este fenómeno tan inabarcable a la hora de describirlo, e incluso de sentirlo, que merecen ser leídas hoy aquí.
Un mensaje bastante importante y profundo el que contienen estos versos. En primer lugar, apelan al amor como si fuese una persona, y por tanto, se escribe en mayúsculas. En segundo lugar, dice que está en todas partes y que no se puede evitar, lo cual es completamente verdadero, porque aunque muchas veces no lo sepamos, el amor está ahí, y si no tenemos a nadie a nuestro lado podemos enamorarnos cuando menos lo esperamos. Y por otra parte, ¿quién no ha dicho alguna vez «es que no quiero enamorarme de ella –o de él–, pero no puedo, me enloquece»? Eso es lo que dice también el tragediógrafo griego en estos versos.
Creo que es un mensaje bastante bien transmitido sobre, además, un tema que se cultiva mucho en la poesía y en la música de todos los tiempos. Así que, por qué no, Sófocles también era poeta, también tenía corazón, sentimientos, también amaba. A nosotros ahora nos corresponde amar estos versos, porque son realmente de oro.
Espero que les guste. Volveremos al mismo tema, la poesía, dentro de siete días.
Amor, invencible en combate,
Amor, que irrumpes en los ganados,
que pernoctas en las tiernas mejillas de la doncella,
y te paseas por el mar y entre
las majadas campestres.
Y no escapa a ti ninguno
ni de los dioses ni
de los efímeros mortales,
y el que se hace contigo, enloquece.
Sófocles, en Antígona.
LAS ALMAS SUPERIORES PASAN SOBRE LA MULTITUDES.QUIERO RECORDAR ESTE TU POEMA. SOFOCLES.NO LO OLVIDO PERO NO RECUERDO LAS DEMAS ESTROFAS .LAS TENGO EN EL ALMA ,DIME ESTE POEMA TULLO,TERMINALO PARA ACARICIARLO ZANDRA
estuvo favuloso el poema ES LO MEJOR Q E LEIDO Y LO MEJOR Q ME HA GUATADO EN VERDAD LO RECOMIENDO EN TODO