Juan Marsé (Barcelona, 1933) es un novelista español de la Generación de los 50, autor, entre otros libros, de Últimas tardes con Teresa (1966, Premio Biblioteca Breve), Si te dicen que caí (1973, Premio México de novela) La muchacha de las bragas de oro (1978, Premio Planeta) Ronda del Guinardó (1984, Premio Ciudad de Barcelona) y Rabos de lagartija (2000, Premio Nacional de la Crítica y Premio Nacional de Narrativa). La novela de la que hablaremos a continuación, Caligrafía de los sueños, publicada en 2011 en la editorial Lumen, es la primera novela después de su recepción, en 2008, del Premio Cervantes.
Caligrafía de los sueños es al mismo tiempo una novela y una reflexión acerca de la creación literaria. Su protagonista es Ringo Kid, un chico de 15 años que pasa las tardes en la taberna Rosales, regentada por la señora Paquita, siempre en la misma mesa y con un libro entre las manos, mientras golpea con suavidad sobre la tabla con los dedos como si practicase las lecciones de piano que sus padres ya no pueden pagarle. Aprendiz de músico, con vocación de escritor, el joven Domingo observa desde su esquina la incertidumbre de la señora Mir, una masajista que entra todos los días en el bar para tomar dos copas de coñac y preguntar por la carta que debería haberle dejado su amado, el señor Alonso, que se ha marchado sin dar explicaciones. Mientras tanto, Ringo evoca sus experiencias junto a su grupo de amigos, el crecimiento de un niño de la posguerra que, gracias a las amistades de su padre el Matarratas, logró acceder a las salas de cine y se forjó una idea artística del mundo, llena de comparaciones entre la realidad y la ficción que enriquece con sus lecturas.
La novela tiene algunos aspectos muy destacables. En primer lugar, en lo que respecta a la voz narrativa, a primera vista el futuro lector podría pensar que se enfrenta a una historia contada en primera persona por ese chico. Sin embargo, el chico, aunque es protagonista de las vivencias, no cuenta su pasado, sino que es un narrador ajeno quien nos da constancia de las aventuras de su niñez y al mismo tiempo de la situación que vive Ringo en la taberna. Así pues, dos historias se entremezclan: por un lado el crecimiento de Ringo Kid, con sus primeras experiencias estéticas, sus delirios de amor por Violeta, la hija de la señora Mir, cuyas caderas despiertan en él cierta atracción sexual; y por otro la preocupación de Victoria Mir por el regreso de su amado. Dos caminos diferentes que toma la narración y que en un momento se cruzarán. Esta estructura favorece que el lector no se aburra ni de una historia ni de la otra.
En segundo lugar, el otro aspecto a destacar de la novela es su carácter ensayístico sumergido bajo las vivencias de Ringo: desde su infancia, el niño es capaz de transformar su mundo por medio de un solo parpadeo, y cuenta a sus amigos historias inventadas de indios cuyos protagonistas son ellos mismos. Esa elaboración dentro de la novela es lo que muchos autores han hecho a lo largo de la historia de la literatura, y que no deja de ser una teorización sobre el hecho mismo de contar, para el cual Marsé demuestra bastante destreza.
Así pues, Caligrafía de los sueños es una novela que puede gustar a muchos tipos de lectores, pero muy en especial a aquel que haya sentido alguna vez el impulso de transformar la realidad en ficción para huir del sufrimiento. Sin duda, un acierto de recomendada lectura.
La novela tiene algunos aspectos muy destacables.
Así pues, Caligrafía de los sueños es una novela que puede gustar a muchos tipos de lectores, pero muy en especial a aquel que haya sentido alguna vez el impulso de transformar la realidad en ficción para huir del sufrimiento.
En segundo lugar, el otro aspecto a destacar de la novela es su carácter ensayístico sumergido bajo las vivencias de Ringo.
Aprendiz de músico, con vocación de escritor, el joven Domingo observa desde su esquina la incertidumbre de la señora Mir, una masajista que entra todos los días en el bar para tomar dos copas de coñac y preguntar por la carta que debería haberle dejado su amado, el señor Alonso, que se ha marchado sin dar explicaciones.
Dos caminos diferentes que toma la narración y que en un momento se cruzarán y este sera el descenlace.
Grandísimo Juan Marsé.