Una de las pocas mujeres que acompañó a Pedro de Mendoza fue Isabel de Guevara. Realizó el viaje en el que se fundó Buenos Aires y vio en él el hambre de los conquistadores. Esto queda expresado en una carta escrita en el año 1556 que le envía a Juana (la Princesa Gobernadora).
“Muy alta y muy poderosa señora:
A esta Provincia del Río de la Plata, con el primer gobernador de ella Don Pedro de Mendoza, habemos venido ciertas mujeres entre las cuales ha querido la ventura que fuese yo la una. Y como la armada llevase al Puerto de Buenos Aires con mil e quinientos hombres y les faltase gastamiento, fue tamaña el hambre, que a cabo de tres meses murieron los mil. Esta ni con otra ninguna se puede comparar. Vinieron los hombres en tanta flaqueza que todos los trabajos cargaban de las pobres mujeres, así en lavarles las ropas como en curarles, hacerles de comer lo poco que tenían, a limpiarlos, hacer centinela, rondar los fuegos, armar las ballestas (…) Porque en ese tiempo –como las mujeres nos sustentamos con poca comida-, no habíamos caído en tanta flaqueza como los hombres. Bien creerá Vuestra Alteza que fue tanta la solicitud que tuvieron que, si no fuera por ellas todos fueran acabados, y si no fuera por honra de los hombres, muchas más cosas escribieran con verdad y los diera a ellos por testigo. Esta relación bien creo la escribanía a Vuestra Alteza más largamente y por eso cesaré. Pasada esta tan peligrosa turbonada, determinaron subir el río arriba, así flacos como estaban y en entrada de invierno, en dos bergantines, los pocos que quedaron vivos. Y las fatigadas mujeres los curaban y los miraban y les guisaban la comida trayendo la leña a cuestas, de fuera del navío y animándose con palabras varoniles que no se dejasen morir, que presto darían en tierra de comida, metiéndoles acuestas en los bergantines con tanto amor como si fueran, sus propios hijos».
Este artículo cuenta con un fragmento de Cartas de Indias (Madrid 1877)