Reunidos junto al fuego vamos probando el brebaje. Todo desaparece, los rostros, las distancias, las sensaciones. Empieza la risa y el ritmo acelerado de un pálpito. El corazón se convierte en tierra y la tierra se hace barro. No coordino los gestos, las palabras. Una ensoñación mágica, irreal, se apodera de mi cuerpo transportándome allí mismo, al habitáculo del conocimiento. Y me pierdo, no encuentro la salida en ese laberinto donde se acumulan las dudas. Vuelvo a probar el brebaje y esta vez, una especie de bruma se adueña de mis ojos y todo me parece perfecto. Entonces llega el sueño y el delirio, una vez más el delirio, la risa, el habitáculo, no consigo salir y cuando salgo me doy cuenta de que no estaba solo, todos estábamos allí. Vuelvo a probar el brebaje, todo vuelve a comenzar.
Autor acuarela: Nacho Affre