Descartes fue quien creó la frase «pienso luego existo». El problema que encuentra este filósofo es que si existiera un Dios, ya no podríamos seguir razonando más allá de esta primera verdad que él descubrió (“yo pienso”), ya que todo lo que pensáramos podría ser falso. Por lo tanto, ante la necesidad de poder fiarse de su razón, trata de demostrar la existencia de un Dios (además de hacerlo por un claro temor a la Inquisición).
Una vez demostrada la existencia de un Dios, le queda demostrar su bondad. Para ello equipara la verdad a la perfección, y la mentira a la imperfección: como Dios es perfecto, tiene que decir la verdad, por lo que es Bueno.
Todo esto lo explica en la cuarta parte del Discurso del Método.
Discurso del Método
Cuarta parte
La cuarta parte es el capítulo central del Discurso del método y en ella Descartes crea una nueva filosofía A partir de este primer principio Descartes establece la existencia de Dios.
El primer argumento que da para justificar la existencia de Dios es que si tenemos conciencia de nuestra naturaleza imperfecta es porque sabemos en qué consiste una naturaleza perfecta.
El segundo argumento parte de nuestra propia imperfección, puesto que si nosotros que conocemos lo que es perfecto nos hubiésemos creado a nosotros mismos nos hubiéramos hecho perfectos. Por lo tanto se requiere un creador de nuestro ser, que tiene en sí esas perfecciones, Dios, del cual depende todo y sin el cual nada podría existir.
Argumento gNoseológico: (de San Agustín) Nosotros somos imperfectos porque dudamos, pero tenemos la idea de perfección. Por lo tanto, ha tenido que ser puesta en nosotros por un ser sumamente perfecto (para que haya relación causa-efecto): Dios.
Argumento de la Causalidad: (de Tomás de Aquino) Nosotros somos contingentes e imperfectos, ya que tenemos la causa de nuestra existencia en otros de quienes dependemos. Por lo tanto, tiene que haber un primer ser necesario que no dependa de otro, que sea causa de sí mismo para comenzar la cadena: Dios.
Pero Descartes, al final, aun teniendo en cuenta lo dicho, afirma que es nuestro deber y no el de Dios, liberarnos de las ilusiones y evitar los errores.
El Discurso del método es una de las primeras obras de la filosofía moderna. Defendía la ruptura y la destrucción del viejo mundo medieval y la configuración de otro nuevo, el mundo de la Edad Moderna. En especial, planteaba la necesidad de fomentar una actitud de investigación libre, alejada de los argumentos de la decadente tradición escolástica que se enseñaba todavía en las universidades y que Descartes había aprendido y de la que había comprendido su inutilidad.