En la entrega anterior vimos como Descartes se plantea «apagar ese televisor que le dice cómo pensar y que hacer» por lo que comienza a dudar de todo y dispone un método para llegar a la verdad absoluta. Ahora veremos que, además, distingue tres etapas para el dudar del hombre.
PROCESO DE LA DUDA
Ya que mantiene como máxima sospechar sobre todo considerándolo falso en un primer momento, en su camino hacia una verdad absoluta atraviesa 3 etapas conocidas como el “proceso de la duda”:
Duda de los sentidos: Pone en duda la información que nos ofrecen los sentidos, las cualidades de los objetos (ya que son las que vemos que varían), no su existencia.
Duda de los objetos físicos: Pasa a dudar también de la existencia de los cuerpos (incluido el nuestro), basándose en la hipótesis del sueño. Puede que la vida sea un sueño tan sueño como los que tenemos y creemos ciertos mientras en ellos estamos, pero de cuya falsedad no somos conscientes hasta despertar.
Duda de la razón: Finalmente duda también de nuestra capacidad racional, exponiendo la hipótesis del Dios engañador: podría existir un ser todopoderoso que nos engañara y se riera de nosotros al ver cómo creemos estar en lo cierto, a la vez que nos impide razonar correctamente.
Tras atravesar estas etapas, encuentra una verdad indudable con la que ni el supuesto Dios podría estar engañándole: que él es porque piensa (“pienso, luego existo”)
A partir de ahora el fundamento del hombre deja de ser Dios para pasar a serlo el hombre (fundamento humano), por lo que acaban las teologías en la ciencia (comienza a morir Dios) y cobran importancia las ciencias humanísticas.
(Continuará).