Nunca pensé en acabar así. Los ojos me pesan y mi cuerpo no reacciona a los estímulos. Había salido de casa, caminaba por la acera como si nada y ¡zas! Un golpe seco en el costado y varios metros de vuelo. El suelo resultó ser demasiado duro y la vida demasiado frágil. La gente se agolpa a mi alrededor curioseando por el estado en que ha quedado mi cuerpo. Me voy, pero no quiero, es demasiado pronto. Me quedan tantas cosas por vivir, tanto que sentir, tanto que besar y decir. No es justo. Todo se ve borroso, ya no siento nada. Sin tiempo para nada cerré los ojos y me dejé arrastrar por este dulce sueño que es la muerte. Nunca fue justo.
“El tiempo es la materia de la que he sido creado.”
Jorge Luis Borges.