El camino se hacía realmente pesado. Entre guijarros y peñascos, Sall, la vieja mula, avanzaba con torpes pasos amenazando con caerse en cualquier momento. Después de tres horas caminando todos estaban agotados y se detuvieron un momento para descansar y beber agua. En ese momento, Pedro aprovechó para fotografiar el paisaje. Faltaba muy poco para llegar a la cima y había echado tan sólo un par de fotos. Todo estaba en silencio escuchándose levemente el sonido del flash de la cámara. Cuando todos se hubieron repuesto continuaron el ascenso. Hierbajos, rocas, arraclanes y culebras era todo cuanto había a su alrededor. Al final alcanzaron la cumbre y amaneció. Vieron la densa estela del sol bañar poco a poco al valle. Un Valle que en aquellos momentos parecía una maqueta diminuta. Se sintieron poderosos ante tanta belleza. Entonces todos estuvieron de acuerdo en que subir aquella montaña había merecido la pena.
“Hemos aprendido a volar como los pájaros y a nadar como los peces, pero no hemos aprendido el sencillo arte de vivir juntos como hermanos.”
Martin Luther King (1929-1968)
Nunca nos podremos comparar con la naturaleza o los animales