Busqué el cincel con el que habían sido moldeadas las montañas y sólo hallé un puñado de tierra. Era una tierra húmeda con olor a escarcha. Aquel puñado de tierra se deslizaba entre mis manos volviendo de nuevo al suelo, intentado escapar de mi control. La solté con desprecio y seguí buscando. Aquella tarde no encontré lo que buscaba, ni tampoco los años siguientes. Tierra, solo encontraba tierra. Entonces un día decidí escuchar a la montaña, era un día de otoño y las lluvias habían comenzado. Entre el traqueteo del agua y los truenos del cielo, la montaña me dijo que todo lo que hay a su alrededor empezó siendo tierra. En ese momento comprendí que durante todos aquellos años había tenido la respuesta entre mis manos. Fueron en esas palabras donde hallé la mayor belleza del mundo.
«La belleza es ese misterio hermoso que no descifran ni la psicología ni la retórica.»
Jorge Luis Borges (1899-1986) Escritor, poeta y ensayista Argentino. Un joya para la humanidad.