Miro como penetra el humo de mis cigarrillos por los poros de mi piel. Me siento hastiado de esta soledad en la tarde que me ocupa. Una canción me sube levemente el ánimo. Continuo mirando tu fotografía, esa que no he dejado de mirar desde que conocí a los Lunes. Y hoy, sin faltar a mi cita vuelvo a mirarte, descansado sobre aquel paisaje que un día fue tuyo, que un día fue nuestro. Me lanzo al abismo de los recuerdos donde me sumerjo en la laguna del entendimiento. Te encuentro en ella, danzando desnuda por el filmamento de la razón y del delirio. Mientras me sonríes desapareces en la nada, dejándome con esa media sonrisa, esa que siempre me protege cuando algo me hace daño. Entonces escucho el tintineo de unas llaves acechando la cerradura, me preguntó si seras tú. No, solo había sido el viento.
«Un nuevo mundo nace cuando dos se besan»
(1914-1998) Octavio Paz, Poeta y ensayista mexicano.