Estrejo tuvo una suerte muy rara a lo largo de su vida.
Su infancia fue demasiado dura, pues fue abandonado por sus padres en un acto de común acuerdo después de verlo nacer con malformaciones en el cuerpo.
Ambos decidieron abandonarlo, sin nota alguna, en un inhóspito rincón de una zona aledaña a la localidad.
Estrejo siempre se las rebuscó, desde muy chico, para no ser muerto por ningún hombre (o mujer) malintencionado (o malintencionada) que con dejos de perfección creyera que esas criaturas deformes no debían poseer vida.
Tampoco quiso ser objeto de espurios estudios cuasi científicos de niños de colegios secundarios, ni tampoco terminar sus días en el laboratorio de algún biólogo. Así que, cuando se acercaban a la playa los niños de Nompartidopo, una bella ciudad levantada sobre la isla de Castillenta y abrazada en todos sus puntos cardinales por el océano, él comenzaba a rejuntar arenas y se tapaba entero escarbando entre las piedritas para que nadie lo viera.
Así fue pasando toda su vida, conociendo su cuerpo con el reflejo del mar. Esa inaudita formación corporal hacía que la parte inferior del cuerpo terminara en dos patas como pinzas y la parte superior en tres puntas.
Su figura sin precedentes en el planeta desvelaba siempre a Estrejo, que salía a caminar bajo el cielo de las noches estrelladas.
Los días siempre se los pasaban escondido de piedra en piedra o bajo tumultos de arena para que nadie lo viera, entonces utilizaba la noche para su catarsis y su actividad física diaria.
También Estrejo tuvo complicaciones para realizar deportes, su malformación genética povocaba que caminara hacia los costados, por ejemplo, para caminar hacia el norte, debía girar su cuerpo de tal manera que quede mirando hacia el este o hacia el oeste y comenzar su marcha.
De todas formas, siempre se daba maña para mantener su abdomen chato y sus piernas fuertes y voluptuosas.
La rutinaria caminata por las noches y la monotonía que producia refugiarse del sol y de las gentes comenzó a cansar y a mostrar su peso en la triste vida de este personaje tan singular, fue así que después de varias noches de incansables meditaciones decidió comenzar a vivir como cualquier “hijo de vecino” y asomarse al sol, a la luz, al mundo diurno.
No duro mucho mas que cinco días Estrejo viviendo al Sol, un viernes por la tarde lo encontraron flotando en la costa, justo donde el agua y la arena se besan con frecuencia.
La autopsia revelo que fue a causa de un pisotón, quizás de algún muchacho o muchacha que con dejos de perfección despreciaba las malformaciones.
Investigaciones policiales posteriores revelaron que Estrejo fue hijo de un cangrejo de río y de una estrella de mar que en una noche de infidelidad habían germinado esa rara mezcla genética y que habían abandonado por que la aristocrática familia del cangrejo no podría aceptar nunca el fruto de una relación entre una trabajadora estrella de clase media con aquel empresario crustáceo de los bravos ríos dulces que morían en la mar.
Por supuesto, una vez descubierto el cadáver y cuando el origen de sus ascendientes en forma directa estuvo fuera de discusión, ambas familias acordaron en darle cristiana sepultura…
Estoy encantada con tus escritos. Todos tienen algo tan especial!
Espero ansiosa que sigas publicando. Un beso enorme, cariños.