Tres vidas de santos es la última obra publicada del escritor barcelonés Eduardo Mendoza. Seix Barral, como de costumbre, ha sido la editorial encargada de sacar a la calle esta maravilla hecha libro. Este autor es conocido por libros como La verdad sobre el caso Savolta, el cual fue premiado por la Crítica en 1975, La ciudad de los prodigios, libro finalista en varios premios internacionales y ganador del premio Ciudad de Barcelona en 1987, o la trilogía de un detective del cual no se conoce el nombre, pero que se mete de pleno en los problemas más absurdos e hilarantes. Además, varias de sus obras han sido adaptadas a la gran pantalla.
En esta ocasión, Eduardo Mendoza nos trae tres relatos recopilados en un solo libro. Estos relatos, aparentemente, no guardan ninguna relación entre sí, exceptuando el afán y el ímpetu que tienen sus protagonistas por defender sus ideales. Cabe destacar que cada relato ha sido escrito en una época distinta, siendo «La ballena» el primero en escribirse, «El final de Dubslav» el segundo y «El Malentendido» el tercero y último.
En «La Ballena» el autor nos cuenta la historia de Fulgencio Putucás, un sacerdote de San José de Quahuicha que viene a España con el motivo del Congreso Eucarístico de Barcelona en el año 1952. El sacerdote debe quedarse en la casa de una humilde familia de Barcelona, donde conoce a ciertas personas que, unido a un golpe de estado ocurrido en su país, por el cual le es imposible volver, le hacen replantearse la vida y tener que trabajar para poder subsistir. El relato es, en su totalidad, una reflexión sobre la moral cristiana y sobre la vida misma.
«El final de Dubslav» es el segundo relato del libro, donde se cuenta la vida de Dubslav, un hombre en mitad de África que recibe un telegrama con la noticia de la muerte de su madre y de la concesión del Premio Europeo a la Realización Científica a ésta por ciertos descubrimientos en el campo de la oftalmología. A lo largo del relato se descubre cómo Dubslav llegó a parar a África y se nos revela que posee una extraña enfermedad. El final del relato es, como mínimo, chocante y sorprendente, puesto que consigue introducirnos en una realidad aparte.
El tercer y último relato, «El malentendido», es una maravillosa narración sobre Antolín Cabrales Pellejero, alias el Poca Chicha, un presidiario que decide apuntarse a un cursillo sobre literatura en la cárcel. En el relato se cuenta la relación de este presidiario con la profesora del cursillo, Inés Fornillos, y cómo consigue, poco a poco, convertirse en un escritor de renombre. El relato es, básicamente, una burla a la facilidad con la que se consigue publicar libros y, sin saber cómo, hacer ventas estratosféricas sin importar la calidad ni el contenido.
En definitiva, esta obra es, bajo mi humilde punto de vista, un buen pasatiempo literario, ya que no creo que nadie se arrepienta de leerla, puesto que, como es normal en el autor, cada párrafo está cuidado con total delicadeza y cada historia que nos cuenta es apasionante, embaucadora y, a ratos, magífica. Un libro que no puede faltar en tu estantería si anteriormente te gustaron las obras de Eduardo Mendoza.
¡Qué bien! ¡Te ha gustado! Es el último que pedí a Círculo y no sabía yo mucho cómo iba a ser…
Sólo he leído «Sin noticias de Gurb» y me encantó.
Saludos,
Vero, Eduardo Mendoza tiene libros muy buenos, como La ciudad de los prodigios o El misterio de la cripta embrujada; otros me han parecido prescindibles como La isla inaudita. Hay que tener suerte con este autor, no todos sus libros están al nivel que se le presupone.
Un saludo
Me quedo con El final de Dubslav, pero en general es un libro de 10.
Un saludo.
Vero, Eduardo Mendoza tiene libros muy buenos, como La ciudad de los prodigios
Hay que tener suerte con este autor, no todos sus libros están al nivel que se le presupone.