20.
El Agente Luis Tapia deja sus huellas en el blanco teléfono debido a la tinta de la impresión del periódico que acababa de leer, la llamada telefónica que estaba atendiendo había atrapado por completo su interés. Dentro de la misma oficina se encontraba un agente de mediana estatura y tez morena, era el Agente Osorio, aprovechando que Tapia estaba atendiendo el auricular se puso a leer los encabezados del día. Luis Tapia era un hombre tranquilo, su rostro no logra disimular las impresiones que recibe por la información en el teléfono, siempre se ha distinguido por ser una persona honesta y sus jefes han valorado ese punto, aunque él no lo sabe y lo desea, su nombre figura al principio de las listas de los ascensos. Aquella mañana se quedó en la oficina tratando de acomodar los detalles de las últimas investigaciones en los casos asignados a su oficina, esa llamada llenó sus ojos de entusiasmo, como si fuera una noticia esperada desde hace mucho tiempo.
—Entiendo, iré en seguida. —después de esto el Agente Luis Tapia cuelga la bocina.
—¿Sucede algo? —cuestiona su compañero.
—Descubrieron desde el helicóptero lo que parece un cementerio clandestino, cerca de una pequeña cabaña.
—¿Piensas ir solo? —cuestiona Osorio.
—Los agentes del helicóptero no lograron acercarse por el nivel de los árboles. Me adelantaré. La unidad localizará al Comandante Balbuena.
El Agente Luis Tapia sale de prisa sin esperar respuestas, motivado por sus deseos de investigación, la pasión que sentía por ese tipo de casos extraños inyectaban adrenalina por sus venas. Sus impulsos reaccionaban antes que la razón, era su motivación como un lanzamiento al precipicio.
21.
Con paso lento Kenny avanza hacia la salida de la Agencia de Modelos, a su lado Nora, acompañándola con una revista de modas en su mano. La sesión fotográfica de media mañana había resultado agotadora, estaba tan ensimismada con las noticias de los últimos sucesos, que había estropeado dos veces su trabajo, reanudando la sesión por espacio de descansos de cinco minutos para recuperar concentración. Cruzan la puerta de salida recibiendo al instante el aire húmedo amenazante de lluvia, la ciudad se había tranquilizado en el tráfico y a paso firme las jóvenes avanzan por la banqueta. Salen de súbito de sus propios mundos al recibir el asedio inesperado de la reportera que antes la había cuestionado.
—Recibimos la noticia de la muerte de su amante. Fue un crimen con detalles de brutalidad. Denos un comentario al respecto. —aborda la reportera.
—No tengo nada que hablar con usted. —contesta Kenny.
—¿Sabia usted de algún enemigo? —insiste la reportera mientras el camarógrafo registraba el momento. —Porque nosotros descartamos la idea del psicópata. Tal vez… el narcotráfico.
El rostro de Kenny se enciende en rojo, sin disimular la furia detiene su andar para enfrentar a la reportera.
—¡No se atrevan a ensuciar su nombre con esas porquerías!
Nora reacciona por instinto sujetando los hombros de su amiga, ambas siguen su camino rumbo al vehículo de Kenny, pero el andar de las modelos se detiene en seco al escuchar las palabras de la reportera.
—Amenaza porque la muerte de su amante está ligada al crimen de su madre, Renata Doria.
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