Charles Rosen es un polifacético pianista estadounidense, autor de varios libros sobre música en general, otros sobre el piano en particular, y otros sobre otras artes como la literatura, y al mismo tiempo profesor de la universidad de Oxford y Chicago. Nació el 5 de mayo de 1927 y ha ido escalando puestos a lo largo de su vida, hasta el punto de conseguir un doctorado en literatura francesa por la Universidad de Princeton, en tanto que ha evolucionado en su labor de pianista de concierto y estudioso de la música. Es autor del conocidísimo ensayo El estilo clásico, donde analiza el estilo desarrollado por Joseph Haydn, Wolfgang Amadeus Mozart y Ludwig van Beethoven. También ha publicado lo que se puede considerar una continuación del mismo libro: Formas de sonata, donde se analiza la forma que más se utilizó durante la época. Pero además de tantos estudios sobre formas y estilos musicales, y sobre literatura, se encuentra en su bibliografía un libro muy interesante que acerca a todo tipo de lectores al piano y a la música. Se trata del libro El piano: notas y vivencias.
Este libro tiene muchos aspectos destacables. En primer lugar, es un libro muy ameno que está escrito con mucha fluidez y proporciona, por tanto, una lectura entretenida. En segundo lugar, más allá de la sencillez de la prosa, es sencillo en cuanto que no emplea tecnicismos que implique una difícil comprensión por parte del lector medio o simplemente no familiarizado con la música o, en este caso, con el piano. En tercer lugar, tanto se basa en anécdotas personales, que cuenta sin ningún reparo, como en anécdotas de los grandes genios de la música, desde compositores de la talla de Liszt o Beethoven hasta pianistas como Vladimir Horowitz o Glenn Gould.
El autor pretende enseñar, desde la palabra escrita, algunos de los entresijos del piano, y para ello imprime su opinión, su juicio personal sobre muchos asuntos discutibles. El lector músico puede sentirse, en este caso, como en una clase magistral junto al autor.
Así pues, es un libro muy entretenido, de lectura rápida que deja muy buen sabor de boca. Por supuesto, según el tipo de lector que se acerque a la obra, se extraerá una información u otra: para un lector que no sea pianista ni aspire a serlo, no serán útiles los consejos que en ocasiones se dan sobre determinado aspecto técnico; pero para un lector interesado en la música o en el piano en sí, aunque no toque el instrumento, sí serán interesantes.
Es buena ocasión para asomarse a una obra que desde la sencillez explica aspectos como la cuestión de a qué altura es más conveniente sentarse para interpretar una pieza musical, qué tipo de teclado es más apropiado a cada sala de música, cómo se enseña a tocar un instrumento en un conservatorio y cuál es su repercusión en los concursos, cómo se escucha la música en determinadas ocasiones; un cúmulo de datos, en fin, que quizás escaparan de nuestra atención de no ser por lo ameno de este libro.