Veo los ojos perspicaces de mi hermana, ella también tiene muchas ganas de vivir y su sonrisa de labios rosados me confirma que esta llena de sueños y metas por cumplir.
—Simona me dijo que esperamos visita. —mencionó mientras tomaba mis manos—. Dijo que es una señorita recomendada por el General Garza Medina, íntimo amigo del tío Camilo.
—Sí. No debe tardar en llegar, así que vamos a preparar todo para su recibimiento.
—¿Cómo es ella, Marco?
—Ni siquiera lo sé.
Una hora completa tardamos en acomodar lo indispensable para una armoniosa bienvenida, colocamos jarrones con flores en la mesa de centro, en la habitación de nuestra futura huésped y junto a la chimenea. Abrimos las ventanas y descorrimos las cortinas para que entrara el fresco del atardecer. La casa entera se lleno de vida para la que sería nuestra invitada.
Como el dinero es escaso y el negocio a penas estaba volviendo a funcionar, en la casa solo contamos con la vieja Simona por servidumbre y un joven mozo que no debe rebasar los veinte años y que se encarga de las labores pesadas en el jardín, así que entre Carolina, la vieja Simona, Roberto y yo, dispusimos todo lo necesario para la nueva integrante de la casa, aunque su estancia prometía ser breve.
Un tanto agotados, los cuatro nos sentamos a descansar un poco, tratando de apaciguar la ansiedad que aunque sin mencionarlo, todos llevábamos por dentro, esa ansiedad por saber quién y cómo era esa amiga desconocida.
Autor: Martín Guevara Treviño
1 comentario en «Brujas Infiltradas (6 Hermanos)»