Bebed buen vino, decía el noble anciano sentado entre los suyos y levantando las manos. Bebed, hijos míos, decía el padre alegre, previendo el futuro de los adolescentes. Un barril reventó y cien bocas acudieron a él, todas ellas sedientas, todas ellas ansiosas. Se vertió el vino sobre aquellos labios, las papilas gustativas percibieron el aroma, el olfato cambió de color y la vista se tornó dulce cuando el líquido rojizo recorrió las entrañas de todos aquellos hombres. Embriagaos, dijo Voltaire, y embriagáronse los hombres.
“El vino siembra poesía en los corazones”.
Dante Alighieri
Muy buena frase Jorge, el vino siempre crea buen ambiente y felicidad cuando se bebe en compañía. La verdad es que siempre he encontrado algo mistico en la vid. La cepa me recuerda a las personas mayores (encurvadas y con arrugas) y cuanto más viejas más sabias son como el vino, como la poesía.
Muy buen trabajo, un abrazo amigo.
Vaya, muchas gracias por tu comentario, amigo. Pero con eso que dices me dejas dudando si es mejor mi artículo que tu firma, jaja. Muchas gracias por esas palabras.
Un abrazo muy fuerte camarada.