De olores reconocibles por su más íntima esencia trata la cosa esta semana. Olores sinceros, olores placenteros, olores incómodos, olores fuertes, suaves, dulces, agrios, amargos, pero al fin y al cabo, olores que identifican, por ser olidos, el signo que se esconde tras ellos.
“El olor del queso recuerda a los suizos su patria, el de la paja, el establo a los burros, y el de las flores recuerda su amada a los enamorados”.
Emmanuil Roídis (escritor griego)
…Ciertamente es un tema interesante, porque es verdad que cada olor trae a tu mente una imagen, una sensación, y bien escribir va muchas veces de plasmar estas sensaciones.
Por ejemplo la siempre reconocible brisa marina, con su aliento salado… que a mí me trae recuerdos de mi tierra.
O el olor a cerrado, a húmedo… que parece propicio para la creación de buenas historias.
Un saludito!
Muchas gracias por tu comentario, muy agradable la lectura de tus palabras. Creo que todo el mundo dispone de ese olor a cerrado y a húmedo para escribir, siempre se encuentran huecos como ése en el lugar más insignificante.
Un saludo.