Manuel Vilas nace en Barbastro (Huesca) en 1962. En la actualidad es unos de los principales representantes de de la nueva corriente literaria que se engloba con el nombre de “Afterpost”, “Mutantes” o, más popularmente conocida como “generación Nocilla”. Este nuevo grupo de escritores, con algunos rasgos en común, pero con una gran variedad en sus obras está creando un debate que beneficia a la literatura y la devuelve a los límites del conflicto en los que siempre se encuentra el arte.
Manuel Vilas fue reconocido inicialmente por su poesía, con libros como Resurrección (Visor, 2005) y Calor (Visor, 2008), con los que obtuvo los premios de poesía Jaime Gil de Biedma y Fray Luís de León respectivamente; ha sido con sus libros de narrativa: España (DVD, 2008) y Aire Nuestro (Alfaguara, 2009) con los que ha pasado a la primera escena de la literatura nacional.
Aire Nuestro es su última obra y ha sido publicada por una editorial de gran prestigio comercial como es Alfaguara. En el libro encontramos una mezcla de textos que se funden en un proyecto común: la televisión independiente Aene. La obra, que no sabría si calificarla de novela o como conjunto de relatos, repasa la programación de los once canales que conforman Aene Televisión y de este modo tan original e irónico, Vilas hace revisión de algunos de los temas e iconos culturales que más le han marcado. Uno de los temas recurrentes en la obra de Vilas es su interés por los coches y en esta obra encontramos una tremenda historia, en la que se mezcla el humor con el drama. Un artista español de los años setenta, Tony Lomas, intenta abandonar su SEAT 850; en ese momento el automóvil se convierte en el protagonista de una historia que recorre varios mundos y que está muy cercano a la bajada a los infiernos. Una aventura que podría ser metáfora de tantos artistas que devienen personas mediocres o incluso delincuentes. Un relato inteligente y tristemente real y al que Vilas identifica con el nombre de una de las canciones más populares de Elvis Presley, Return To Sender.
Otro de los temas recurrentes en el libro es el uso de cantantes que han marcado historia y que el autor introduce en los relatos no como iconos o como mitos culturales, si no como seres humanos. Vilas desmitifica a Johnny Cash en el primero de los relatos, a Elvis Presley en Funny Games o John Lennon, Lou Reed en otros relatos. Parece que el autor hace uso de la ironía para afrontar esta realidad cultural repleta de personajes intocables y afronta sus relatos con intención iconoclasta.
Por último destacar que también los escritores se dan cita en una especie de purgatorio literario donde las circunstancias hacen extrañas parejas. La figura del rey, la del padre del autor o el propio Manuel Vilas aparecen en las distintas escenas que a modo de reportajes van apareciendo en esta obra.
Destaca este Aire Nuestro por su ironía, su insolencia y por la frescura que otorga el no estar sujeto a las normas del mercado, pero siempre queda la duda de si es ese el motivo por el que Alfaguara incluye en su nómina a un autor que no parece formar parte de los autores de grandes ventas nacionales. En definitiva, una apuesta arriesgada por parte de la editorial que ha tenido buena acogida entre los cenáculos más “independientes” de la literatura nacional.
Bueno, Perich, alabo tu crítica, por lo bien hecha que está. En cuanto a Vilas, no lo he leído y poco puedo decir. Pero, si te soy sincera, los nocilleros acaban cansándome enseguida.
Un saludo.
Gracias por tus palabras Isabel. Te animo a que leas este libro porque es muy interesante, desenfadado, crítico, irónico… Ya no me acuerdo de más adjetivos y por eso cambio de tercio.
Salud