Hoja en blanco
No puedo verte así
Con tu cuerpo casi virgen
Con tus renglones apagados
Quiero dejar en tu pecho
Mi tintero plagado de ilusiones
Quiero tatuar en tu cuerpo
Las agudas, las graves los acentos
Las esdrújulas, las comas y los puntos
Necesito tocarte y besarte
Con los labios de mi bolígrafo viejo
Dejar mis últimas tintas en tus ojos
Rodar tu superficie con incógnitas
Llegar hasta tus pies sin las respuestas
Y ahora que te veo así
Hojita no tan en blanco
Semi desnuda, semi vestida
(Según como se mire)
se me llenan de soles las certezas
y mi boca va de oreja a oreja
dibujo en el viento frases sueltas
y vuelvo de a poco a mi niñez
a mi barrio a mis caprichos
recuerdo cuando en la esquina
nosotros los “locos bajitos”
a menudo, soñábamos a lo grande
y los grandes, en sus casas
soñaban con ser niños
que agradable es verte asi
hoja totalmente vestida
adornada con acentos, comas y palabras
y olvidarme para siempre
que fuiste blanca, virgen
y con renglones apagados
Sinceramente, felicidades. Es uno de los mejores poemas -por no decir el mejor- que he leído de entre nosotros. Me encanta la referencia que haces a una hoja de papel en blanco con «forma de mujer», con características de mujer.
Y decirte otra cosa, independiente del poema: si esos «locos bajitos» hacen referencia a los que mencionó en su día Joan Manuel Serrat, benditos sean.
Un saludo.
Jorge.