El escritor estadounidense John Steinbeck (Salinas, California, 1902 — Nueva York, 1968) destacó notablemente en la creación de personajes sencillos para una muy bien apreciada trayectoria literaria, y también por la descripción que a menudo hace del estado de California. Hijo de un tesorero, John, y una profesora, Olivia Steinbeck, el que en 1962 obtendría el Premio Nobel de Literatura estudió en Salinas y luego en la Universidad de Stanford, cuyos gastos afrontó él mismo desempeñando los oficios de peón, agrícola, empleado de laboratorio, albañil y vigilante nocturno. La característica principal de su obra es la búsqueda de valores en un mundo crecientemente humanizado. Ganador del premio Pulitzer con Las uvas de la ira, que fue llevada al cine en una memorable película de John Ford, la biblioteca de Steinbeck es un fresco imprescindible para las estanterías de lectores amantes de la sencillez prosaica y la profundidad de los mensajes insertos en cada libro: títulos como La perla, Al este del edén y Las praderas del cielo merecen un hueco en las bibliotecas más selectivas. De ratones y hombres es la novela de la que hablaremos a continuación.
Publicada en 1937 y llevada al cine por Gary Sinise, De ratones y hombres es una novela corta y profunda que cuenta la historia de Lennie Small y George Milton, dos braceros que rozan la indigencia y se ven obligados a buscar otro empleo. Basada en las experiencias del autor cuando vagabundeó durante los años 20, la novela describe el camino errante de Lennie, un deficiente mental, y su amigo George, que se hace cargo de él y lo defiende. La historia es muy sencilla: ambos ocupan un nuevo puesto de trabajo en otro lugar y hablan con los compañeros, entre los cuales hay uno que destaca por su antipatía. Pero estas conversaciones bastarán para entrar en contacto con los dos personajes principales y convertirlos en dos amigos más, sobre todo el entrañable Lennie.
Esta novela está considerada una de las más importantes de la literatura americana, hasta el punto de que es lectura obligatoria en muchas escuelas de los Estados Unidos, pese a que algunos consideran su lenguaje ofensivo y vulgar.
No es, sin embargo, un lenguaje más vulgar ni ofensivo que los tiempos que describe. A diferencia de muchos escritores que tratan de plasmar un mundo que no han vivido, John Steinbeck plasma a la perfección el ambiente que se respiraba en el campo durante la Gran Depresión. Los diálogos, como siempre en Steinbeck, valen su peso en oro y son al mismo tiempo sencillos, desprovistos de artilugios y adornos, y dotados de una gran profundidad y belleza, con un estilo sobrio y cuidado. Es una novela que se lee en pocas horas y que deja muy buen sabor de boca, sobre todo por el desenlace, un desenlace que ningún lector olvidará.
La edición de Edhasa en la colección Pocket, en pasta blanda, es una edición muy cómoda, dada la brevedad de la novela. A un precio muy asequible, es una buena oportunidad para disfrutar de un clásico de la literatura americana, una de las mejores novelas de Steinbeck.