Chesterton
Según el autor “Lo más increíble de los milagros es que ocurren”.
Entonces podemos pensar: ¿En qué consiste la tarea de un investigador sino en ser capaz de vislumbrar el milagro del indicio, en descubrir allí donde parecía no haber nada, la señal oculta que pone de manifiesto el poder infinito de los signos y la enorme responsabilidad de los objetos?
El mítico personaje creado por este autor es un cura católico y romano de un pequeño pueblo de Essex. Cuando uno recorre las primeras páginas, nadie sospecharía que nos encontramos frente a un gran detective. Si bien Chesterton es un gran creador de detectives, los anteriores tenían un perfil diferente.
“La vida tiene un elemento de diabólica coincidencia que las personas demasiado inclinadas a lo prosaico no llegan a percibir nunca” y por eso no alcanza con la buena voluntad de un policía ni los laboriosos servicios de un detective privado para resolver la escena del crimen. Hace falta más: alguien que por su ocupación, como este sacerdote detective, tenga un delicado conocimiento de lo mejor y lo peor de la naturaleza humana.
Chesterton se caracteriza por darnos una aclaración sobrenatural y luego pasa a reemplazarla por una mirada de este mundo.
La mayor parte de los cuentos que conforman este libro fueron publicados con anterioridad en distintas revistas inglesas y americanas entre los años 1910 y 1935. Pero esta edición además incluye dos relatos que hasta ahora se mantenían inéditos. El caso Donnington y La máscara de Midas. Todo este conjunto nos hace que sea imposible resistir la tentación de leerlo.