Los protagonistas de la Revolución del año 1789 no tenían aun esa necesidad de mostrar su rechazo por el amor burgués. Robert Danton, quien se especializó en literatura popular prerrevolucionaria, ha insistido en el valor estimulante que tuvieron los lobelos de aventuras morosas y folletines casi pornográficos que circulaban en la calle en un clima intelectual que derribo al Antiguo Régimen.
Cuarenta años más tarde de la revolución, Georg Büchner mira la gesta francesa con cierta incredulidad. En el drama “La muerte de Danton” enfrenta a Robespierre, quien dijo que el Terror es el arma de la virtud revolucionaria, la rápida, severa e inflexible justicia, con un Danton desilusionado de la monstruosa deriva del proyecto literario que persigue en el amor de Julia el consuelo de la guillotina de la cual no podrá escapar:
“Escucha, la gente dice que en la tumba hay reposo, que tumba y descanso son la misma cosa, si eso es así en tu regazo yo estoy bajo la tierra. ¡Dulce tumba! ¡Tus labios son campanas fúnebres, tu voz mi toque de muerto, tu pecho mi túmulo y tu corazón mi sarcófago!”
Este articulo tiene partes de «La muerte de Darton«