Mi cuerpo oscila entre la masa indemne de gente que cubre las calles y entro a un bar. El bullicio exterior se filtra por el cristal y pido una cerveza. Siento las burbujas, la espuma y la soledad de la cerveza, sonrío. Vuelvo a salir a la calle y oscilo de nuevo entre la gente. Semáforos, taxis y paso de peatones, entro en otro bar. Otra vez se filtra el ruido, otra vez siento las burbujas, la espuma y la soledad, sonrío. Salgo a la calle. En movimiento pendular avanzo entre la gente. Una mujer me golpea en el hombro al pasar, no nos miramos y seguimos nuestro camino. Me apetece correr, escapar de la acera. Me lanzo al carril bus y corro, adelanto a los viandantes bajo el motor de mis zapatos. Me detengo, estoy cansado, entro a otro bar. Siento la espuma, la soledad, la sonrisa, el bullicio. Salgo otra vez a la calle.
Tras leer cosas asi me doy cuenta de algo… No bebo lo suficiente. Muy bueno nene. Nos vemos en los bares.
Muchas gracias maestro. A ver si nos vemos pronto que ya hay ganas de liar una de las nuestras.
Un abrazo.
Hermoso… me encanta lo que has escrito… es la clase de literatura que me gusta leer… cuando dejan esos finales abiertos, reiterativos, la monotonía, la rutina, la soledad.