Su inocencia se mantiene intacta bajo la presión de mis dedos. Somos tan iguales que me asombro ante la similitud de nuestros pensamientos. Quizás es eso lo que nos une, o tal vez la perspectiva de este amanecer enredado entre sábanas y sueños. Pero es el amor lo que nos ata, lo que nos hace una sola persona, un solo sueño. Te busco entre las sábanas adivinando cada uno de tus movimientos por este laberinto de seda. Te encuentro y te abrazo, te escapas y me besas, te vuelvo a abrazar. La mañana ya entra con rabia haciéndonos daño los rayos del sol, pero tu sigues escapando, pero yo te sigo abrazando y me besas.
«Baila, a través de mis cariños, del querer intenso y los sueños tardíos, danza conmigo, juntos en esto que se llama pasión y sabe a amor»
Anónimo.