Al tomarla en mi mano veo una pequeña cruz colgada de manera invertida. La confusión se apodera de mí y un ligero temblor en mis manos y piernas comienza apoderarse de mi ser. Salgo trastabillando de la habitación recargándome sobre el barandal protector de la planta alta. Trato de tranquilizarme quedándome estático. En la planta baja Simona trajina sus quehaceres, y me observa con un dejo de preocupación.
—¿Te sientes bien, Marco?
No puedo pronunciar ni una sola palabra, por tal motivo lanza gritos a Roberto y entre ambos suben a donde me encuentro y con paciencia me guían hacia el sofá de la sala. En el tiempo en que pude comprender con exactitud la realidad completa, me encontraba sentado aún sobre el sofá y en la mesita de centro se encuentra un vaso con agua, una caja de pastillas tranquilizantes y la correspondencia desacomodada en un lado. Pude comprender que ninguno de ellos tomó la carta de la sobrina del General Garza Medina. Me apodero de ella y la guardo en la bolsa de mi pantalón, sin importar arrugarla.
¿Qué es lo que ha estado pasando en casa? La llegada de la carta de la supuesta sobrina del General Garza Medina quien dice llamarse Isabel Cristina, y no Elisa. ¿Quién es en realidad Elisa? ¿Quién es en realidad la sobrina del General? La cabeza comienza a darme vueltas en busca de una respuesta lógica. Si Elisa Carpe no era la huésped que debería llegar, ¿Cómo sabia tantas cosas, coherentes con la historia y la llegada que deberíamos esperar? ¿Quién es Isabel Cristina Garza? Tantas cosas que debo descubrir.
Autor: Martín Guevara Treviño
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