(Segun cuentan las personas mas viejas, cuando alguien quiere saber si su pareja realmente lo quiere, existe un metodo muy tradicional que es tomar una margarita, de esas flores que tienen un centro amarillo rodeado por muchas hojas blancas como nubes nuevas. Sucede aqui una historia bastante particular)
– Me quiere no me quiere; mucho poquito nada, me quiere no me quiere, mucho poquito nada, me quiere no me quiere, mucho poquito nada, me quiere no me quiere.
– ¿Que haces Estela?
– Y… ¿no ves Vicky? Estoy viendo si me quiere o no me quiere. Si me quiere mucho poquito o nada. Para mi que si me quiere y mucho, pero en realidad estoy dudosa por que me parece que esta mirando a otra y no puede ser, eso yo no me lo banco ¿sabes?
Mira, yo le he dejado pasar muchas cosas, pero sabe que no soporto que se ponga a histeriquearle a otra mujer adelante mío, y mucho menos ahora. Por mas de que estemos separados los dos sabemos que es una pelea temporal.
¿Podes creer? ¡Le encanta, le encanta verme así! ¡Lo hace a propósito! ¡Lo odio vicky, lo odio! ¡Ojo! No tomes la expresión en su totalidad, es tan solo una forma de decir. Esta vez lo agarre con la compañera de trabajo, ¡bah! la secretaria en realidad, por que es una simple secretaria y nada mas, una pendeja que se va a morir atrás de un escritorio o haciendo un tramite de la oficina viste… Y para mi, te digo, no es tan linda como para que alguien la cele, yo estoy segurísima de que él no la miraría nunca con deseo, pero la situación que vi me desesperó!
Fue así: Entré a buscarlo a su oficina y estaba conversando con ella, y ella que seguramente lo desea como a nadie en el mundo, se acercaba y le tocaba el cuello de la camisa, una desubicada total, encima mientras se lo acomodaba me miró porque yo justo entraba y bajo la mirada hasta mis zapatos, que dicho sea de paso, son nuevos y modelos únicos. Aunque mas allá de esto no me gustan tanto ahora por que yo los quería estrenar en una cena con Mariano, en algún restaurante conocido y prestigioso, pero como te dije antes, estamos peleados en este momento y hace ya 2 semanas que no cenamos juntos.
Ayyyy…. Era tan lindo cuando salíamos a cenar, yo me acuerdo que una vez, me había puesto un tapado de piel y todo el mundo lo miraba por que es fantástico, encima nuestra mesa estaba al final del salón así que debimos cruzar todo el pasillo y era increíble ver como todos los comensales me miraban.
Esa noche se puso un poco incomodo, celoso quizás, no se, la verdad nunca supe bien que sintió en ese momento, pero le explique que no se haga problema que yo solo me vestía para él y nadie mas. En realidad no se si se le habrá pasado la incomodidad con eso, pero nos sentamos y cambiamos de tema, así que seguramente ni se enojo.
Ay, Vicky! mi querida Victoria, de todas formas tampoco dejo de vivir ¿viste?
Salgo, voy de compras, tomo café, te veo a vos, alquilo películas, voy a trabajar y hago todo lo que antes hacía, ¿pero sabes cual es la diferencia amiga mía? Me sobra el cuerpo sin sus abrazos, sus te quiero eran especiales y los extraño mas que a él inclusive, ya nada es lo mismo sin Mariano. No me siento querida Vicky, por eso quiero comprobarlo con esta técnica infalible.
Ah, antes de que preguntes, por que veo que no paras de centrar tu atención en esto que te voya decir; no creas que estas lágrimas son por el eh!!
Para nada, es por que ando medio mal de la vista y me arden los ojos cada dos por tres…
– Esta bien, pero… Estela, ¿que haces?
– ¿Como que hago? ¿No te dije? Estoy viendo si me quiere o no me quiere
– Si, pero estas deshojando el álbum de casamiento