Samuel Beckett a la justicia madrileña
Escritor, dramaturgo, poeta y narrador de mucha y variada obra, el español Fernando Arrabal viene de una familia de republicanos. Personaje que vivió desde el año 1955 en Francia, exiliado durante la dictadura de Franco. En el año 1967 viajo a España y en el régimen de Franco fue tomado a mal y encarcelado por el simple hecho de firmar uno de sus libros con una dedicatoria juzgada.
Un mes después de estar encarcelado es liberado debido a la presión internacional que fue ejercida por las cartas enviadas por diferentes personajes públicos. Una de ellas es esta escrita por Samuel Beckett, quien posee una extraordinaria narrativa y teatral que ha influido en Arrabal.
“No es solamente castigar a un hombre, sino poner en peligro toda la obra.”
Agosto de 1967
Ante la imposibilidad en que me encuentro de poder testimoniar en el proceso de Fernando Arrabal, escribo esta carta esperando que llegue a conocimiento de la Corte y haga que ésta sirva para dar a conocer el excepcional valor humano y artisticote aquel a quien se va a juzgar.
Van a juzgar a un escritor español que, en el breve espacio de diez años, se ha elevado al primer rango de los dramaturgos de hoy, y esto gracias a la fuerza de un talento profundamente español. En todos los sitios donde se representan sus obras, y esto ocurre en todos lados, España está allí.
Es, gracias a este pasado tan admirable, que invito a la Corte a reflexionar, antes de que emitan un juicio. Y además hay otra cuestión. Arrabal es joven, es frágil, tanto en su aspecto físico como psíquico. Tendrá que sufrir mucho aún para volver a darnos la obra que tiene todavía que ofrecernos.
Infligirle la pena demandada por a acusación no es solamente castigar a un hombre, sino poner en peligro toda una obra que aún está por nacer.
Hace falta que ésta sea vista no sólo a la luz del gran mérito de ayer y de la gran promesa del mañana, sino también por el perdón, sólo así se devolverá a Fernando Arrabal la pena que le es propia.