48.
Las manos temblorosas de Nora no encontraban lugar de ocupación. Sentada frente al escritorio del Comandante Balbuena, intercambiando miradas interrogantes. El Agente que los acompañaba observaba por la ventana hacia la calle abriendo con sus dedos una pestaña de la persiana.
—¿Acaso no comprende?—insistía Nora. —Es el modo en que ella asesina a sus víctimas. Comandante… Kenny está viva.
—En efecto, señorita. Eso lo acabamos de descubrir. Las huellas digitales en el arma, corresponden a la perfección con las de la señorita Doria.
—¿Qué piensan hacer ahora? —ella frunce el entrecejo.
—No la tenemos localizada. —Interviene el Agente.
—Tengo miedo que regrese al departamento. —Insistente Nora. —Tal vez pretenda hacerme daño. Deben detenerla.
—No se desespere señorita. La atraparemos.
El Agente despide a Nora encaminándola fuera de la oficina, mientras que pensativo el Comandante Balbuena da un golpe con furia a su escritorio.
49.
Por las calles de la ciudad, Kenny caminaba con sus ropas andrajosas. Los rasgos de belleza se escondían tras la mugre en sus mejillas y en su cabellera revuelta. Camina como una desconocida y demente entre la multitud que transitaba por las aceras. Un impulso la motiva a correr como en una locura, atropelladamente entre el gentío. Se detiene al postrarse frente a un alto edificio, recordando su anterior vivienda, era el edificio donde vivió con su amiga Nora. Sus labios sólo dibujan una sonrisa permanente. Cruza la calle sin importarle que los autos la esquivaran para no arrollarla, su mirada fija en la ventana de lo que fue su departamento, su cerebro iba maquinando un plan que nadie más que ella podía entrañar. 50.
Kenny sale del edificio donde vivió anteriormente. Su atuendo era elegante y con el cabello limpio y suelto, sus ojos eran cubiertos por unas gafas oscuras, lleva un desarmador en su mano. Decidida sube a un automóvil y con la ayuda de la herramienta destroza el switch haciéndolo arrancar con la unión de cables. Arranca de prisa con el auto robado.
51.
Nora camina despacio hacia la puerta de su departamento, comienza a sentir un escalofrío en su cuerpo al observar la puerta entornada. Decidida abre de golpe y penetra en el. Observa que habían vaciado su guardarropa, y las prendas se encontraban esparcidas por el suelo. Todo le parece absurdo y extraño. Su preocupación se acentúa al ver a su compañera de departamento, la Detective Lucero, tirada sobre la alfombra, a un costado un florero roto, evidencia de arma con la que fue atacada.
—¡Lucero! —grita asustada Nora.
De prisa busca alcohol y auxilia a su compañero. Pero sus primeros intentos eran infructuosos, la Detective no reacciona.
—Reacciona, Lucero.
La Detective tose y abre los ojos, lleva su mano a la cabeza para soportar el dolor del golpe. Nora la ayuda a incorporarse.
—¿Cómo te sientes, Lucero? —preocupada Nora. —¿Qué sucedió aquí?
—¿Quién era esa mujer? —pregunta la Detective.
Los ojos de la detective se fijan horrorizados en la pared que estaba frente a ella. Nora observa sus ojos y vuelve la vista a la pared.
Con lápiz labial escrito estaba:
“Soy una Diosa”
ESTOY ESPERANDO EL PROXIMO CAPITULO
QUE PASA ….
SALUDOS
Elsa
Hola Elsa, el próximo lunes próximo capítulo, probablemente el final.
No te lo pierdas
¿Ya leíste los 30..?