Vuelve a dibujarse en el horizonte los contornos de la playa. Seis meses, seis malditos meses en alta mar y por fin se abre ante nuestros ojos las playas de nuestra tierra. Sólo nos quedan las manos agrietadas por la escarcha de alta mar y la magnífica vista de nuestro hogar. Siempre me he preguntado el por qué de esta vida errante y arriesgada, pero ha sido al ver de nuevo mi tierra cuando me he dado cuenta que ser pescador no tiene ningún precio comparado con el de la magnífica sensación de volver de nuevo a los brazos de mi casa.
«La confianza, como el arte, nunca proviene de tener todas las respuestas, sino de estar abierto a todas la preguntas»
Earl Gary Stevens