Textos para el Alma: Progreso y ansiedad

  Todos los libros de seducción, en cualquier idioma y de cualquier parte del mundo, enseñan que la manera más fácil de arruinar una cita (sobre todo si es la primera) es hablar de computadoras. Es verdad, sin embargo, existe también una manera de hablar de estos aparatos y, al mismo tiempo, avivar la conversación. Sólo basta con decir: «Bill Gates es un aburrido».

  Bill Gates es sin dudas un aburrido. Dice que no cuida su forma de vestir, pero usa lentes de contacto, dice que no le importa ser el hombre más rico de los Estados Unidos (sino del mundo) pero confiesa que no le gusta hablar de ese tema porque lleva a que las personas quieran pagar menos por los productos de su empresa (Microsoft).

  Así como una conversación sobre computadoras arruina una cena y Bill Gates es un aburrido, los dos forman en la actualidad la dupla mítica del progreso humano.

  Hay personas que dicen: «Hubo más historia en el mundo estos últimos cien años que en los últimos 4 mil, también se escribieron más libros en este siglo que en 5 mil años y la estupenda invención de la calamita es una fuerte señal de la unión del mundo».  ¿Quién dijo eso? Tomasso Campanella, en una celda de la Inquisición, en el año 1600.  

  El culto al progreso, en conjunto a la adoración de la riqueza, es cosa antigua.

   El historiador americano Henry Adams fijó el nacimiento de un nuevo mundo en mayo de 1844, cuando Albany y Boston quedaron unidas por un ferrocarril, el telégrafo comunicó a Baltimore con Washington y surgieron los primeros vapores Cunard.

  En 1968, el Museo de Arte Moderno de Nueva York (Estados Unidos), con su propensión para alternar anuncios de nacimiento y muerte de nuevos mundos, inauguró una exposición llamada «La Máquina: cómo es vista en el fin de la Era de la Máquina».

  Ahora bien, lo que hay de nuevo en la religiosidad de este principio de siglo es una proposición fatalista, en la cual los avances son innecesariamente asociados a nuevas formas de ansiedad. En un interesante proceso subversivo, la ciencia y  el progreso flirtean con la superstición.

  En una primera fase se fabrica la ansiedad de la exclusión, como si el mundo hubiese entrado en una nueva edad tecnológicamente demacrada, dividiendo la empresas, las sociedades y el mundo entre salvajes e instruidos.

  «¿Usted no sabe manejar una computadora? Entonces será desempleado». Mentira. Ninguna persona necesita más de una semana para aprender a usarla, y el desempleo tiene causas mucho más profundas y diversas que un simple ordenador.

  «¿Usted todavía no ha instalado el último Windows? Se quedará en la Edad de Piedra.» Mentira. Muy probablemente será feliz, porque tanto usted como su máquina no enloquecerán con un producto que por el sólo hecho de vender y se asegura, además no tener que andar aprendiendo técnicas nuevas para hacer lo mismo pero de otra manera.

  «¿Usted no posee televisión por cable? Entonces usted será un ignorante». Mentira. La infinidad de canales de televisión, antes de ser un camino para el conocimiento, puede ser la puerta de entrada para la estupidez.   

  (Continuará).        

1 comentario en «Textos para el Alma: Progreso y ansiedad»

  1. Me ha gustado mucho tu artículo. Es curioso y me ha parecido divertido.

    Tu textos para el alma le dan mucha vida al blog y todos son muy interesantes.

    Animo, sigue así.

    Sol de infancia.

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