Textos para el Alma: Rápida Utopía (parte II)

¿Se puede juzgar un siglo por la distancia que existe entre sus sistemas de valores y su práctica cotidiana?

Como es sabido, la hipocresía permite que se establezcan compromisos entre el reconocimiento teórico de los valores y su violación. Uno puede pensar que nuestro siglo (el que terminó hace nueve años, este ya no nos pertenece) quizás fue menos hipócrita que los otros.

Claro esta que enunció reglas de convivencia que sin duda las violó pero promovió procesos públicos contra esas violaciones. Esos procesos no impiden que se repitan pero, por alguna razón, ejercen algún tipo de influencia sobre nuestros comportamientos y sobre las posibilidades para un gran número de personas, sobre todo del mundo occidental, de vivir más tiempo tratando de evitar abusos de distinto de cualquier orden mientras por detrás nuestro se siguen cometiendo. Póngase a pensar un poquito y entenderá lo que estoy diciendo.

A pesar de todo esto, hay que destacar que la humanidad a avanzado (aunque muchas veces no parezca, pero lo hizo) y me refiero a que hoy en día uno puede andar por la calle sabiendo que sus hijos no recibirán bofetadas del hijo de un duque como medio de aprendizaje de lo que es el poder. Todavía hay personas prepotentes que quieren expulsar a una mujer negra de un trasporte urbano, pero lo opinión pública las condenará. Dos siglos atrás la misma sociedad habría actuado como sinceros ciudadanos si hubiese invertido parte de sus ingresos en una empresa que habría vendido a la mujer para que sirva de esclava en los Estados Unidos… parece que fue exactamente lo que le paso al conde.

Veamos ahora los algunos aspectos ambiguos del siglo XX: sin dudas que fue el siglo de las masas y claro esta que sus derechos fueron reconocidos: es muy importante que un ciudadano que no dispone de tierras y que no posee prerrogativas eclesiásticas tenga derecho a la palabra, a la discusión, al voto, a poder tener un cargo político. El tema esta en que hoy día no valoramos lo que esto representa y la importancia que tiene dentro de la sociedad y esto se debe a que no vivimos en épocas anteriores donde lo normal era que un artesano viviera en un pesebre inmundo y que un señor, que carecía de dinero para pagarle, mandara a sus siervos a que lo golpearan. Intente pegarle a su plomero que exige que se le pague, y comprenderá que algo cambió.

Por otra parte, es interesante ver como han “evolucionado” las conquistas morales y políticas gracias a las cuales, por ejemplo, ya no se puede violentar o embarazar a una campesina sólo por el simple hecho de que uno es dueño de las tierras y le place hacerlo. Es interesante ver como en la actualidad esto ha cambiado y ha pasado indirectamente al estrellato: aquella mujer que en otros tiempos habría sido una campesina indefensa, se la ve hoy asediada por poderosos dueños con grandes empresas que la “compran” con la promesa de aparecer desnuda en la tapa de alguna revista famosa y así salvarse económicamente.

(Continuará).

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