Instantes: Un placer muy personal

Al caer la tarde la casa se queda a solas, a oscuras. Es en ese momento cuando dejo fluir la imaginación arrastrándome a las situaciones más excitantes y sucias. Pongo el televisor y lo apago, comienzo a explorarme entre las piernas. Noto como la sangre acude a las llamadas, al contacto de mi mano y todo aumenta de tamaño y todo es placentero. Comienza el eterno movimiento de vaivén mientras en la memoria se forjan las imágenes de toda una vida. Me detengo en seco intentando prolongar el placer el mayor tiempo posible. Me olvido de todo, me acuerdo de todo. La habitación se nubla, calambres en las piernas. Me derramo sobre el vientre. Acudo a las servilletas, al papel, al agua y jabón. Entonces el mundo vuelve a adquirir su matiz triste y tedioso. En esos instantes solo alcanzo a lucir mi sonrisa mientras el cigarro de mis labios convierte el tiempo en cenizas.

2 comentarios en «Instantes: Un placer muy personal»

  1. Que guapo, que bien descrito tio. La pura verdad. Eres el Camilo José Cela de Bullas, lo que pasa es que tu no te puedes autodefinir como un censor perseguidor de rojos, como hizo el. jajajaja, que colgao, pero que gran escritor.

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  2. Joder. Perdón por la expresión, pero me ha impresionado, jaja. Muy buen texto, compañero. Cómo describes, cómo escribes. Y sobre todo, cómo te atreves. Poca gente es capaz de plasmar de esa manera esos momentos.

    Un abrazo

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