Las calles se dilatan y florean las sonrisas en los rostros. Me siento como un ácaro de polvo surcando ingrávido las desnudas calles del mundo. En estos instantes de euforia artificial se pierden las nociones del tiempo y todo me parece bueno. Siento un brazo amigo enredarse entre mis hombros, vamos zigzagueando por la vida, desatando sentimientos, tal vez ocultos, tal vez inexistentes. Comienza a masificarse las pasiones, todo es pasión en esta noche de jolgorio. Mirando al cielo siento derramarse sobre mí la totalidad del firmamento y a las estrellas sumergirse en el fondo de mi vaso adquiriendo forma de licores. Envalentonado por este delirio de alcohol busco lujuria entre las faldas obteniendo miradas extrañas de las damas, ninfas que desaparecen en la oscuridad dejando estelas de aromas. Con la camaradería de la noche, sigo avanzando por la llanura, lanzándome a las barras como un rapaz descarriado. Entonces llega el alba, entonces llega la muerte. Al despertar todo es un caos, dolor y angustia. Vuelvo a lanzarme a los bares buscando en unas copas un poco de vida, un poco de locura.
Amen hermano. Cualquier palabra mas es inutil ante tanta sabiduria tan bien condensada. Nos vemos en los bares.
Hay que hacer mas de esas…
Que bien te expresas coño